Revelador estudio de consultora pone en claro que el crecimiento de nuestro país dependerá del impulso que se le dé a las carreras técnicas, ante la cada vez mayor ausencia de técnicos calificados demandados por las empresas.

A pesar de que el Perú viene creciendo hace años económicamente, nada garantiza que tal incremento se mantenga, pues el aparato productivo deberá ser capaz de aumentar también su rendimiento, y para que tal producción alcance mejores resultados será fundamental dar un impulso a las carreras técnicas.

Sin embargo, la realidad, por el momento, es muy distinta. El rol de las carreras técnicas y de la educación para el trabajo no ha sido revalorado ni en las empresas, ni familias ni el Estado peruano, según el informe de Proexpansión Educación para el trabajo, no para el diploma.

«Los servicios provistos por algunos profesionales carecen de estándares de calidad mínimos, generan incertidumbre y sobrecostos. Esta realidad también se refleja en la industria donde el déficit de técnicos difícilmente podrá atenderse», señala la consultora.

Esta situación, añade Proexpansión, es una consecuencia directa de la prioridad que se le ha dado a la educación universitaria, que goza de un prestigio social asociado al éxito, pero cuya oferta educativa muchas veces no está ligada a una real demanda del sector productivo. Por eso, los jóvenes no están preparados para atender sus requerimientos. La realidad señala que en el Perú falta más mano de obra especializada y con altos estándares de calidad. Los números no mienten: desde el año 2000 el número de universidades se ha duplicado, pasando de 72 a 137; mientras que los institutos técnicos (IEST) solo se han incrementado en 12%.

Luis Triveño, presidente ejecutivo de la consultora Proexpansión, recomienda que la mejor manera de ganar productividad es mediante la revalorización de las carreras técnicas. Así, la formación del alumno debe combinar tanto la práctica en una empresa como la teoría en un centro educativo. Este sistema dual les permite a los alumnos comprender que son parte de un proceso productivo real.

En el sistema dual alemán, por ejemplo, se establecen estándares a nivel nacional en relación a los contenidos de la enseñanza, y todos los alumnos deben pasar por los mismos exámenes para poder egresar, certificarse y estar autorizados para ejercer su oficio. Este sistema viene siendo aplicado en forma similar por Senati.

Además, considera que debe fortalecerse la educación on line a un costo bajo o gratuito a través del subsidio del Estado. Esta formación debe comprender una amplia gama de cursos, con más interacción entre el alumno y el profesor.

Cabe anotar que la demanda de técnicos especializados en el Perú es de 300 mil al año, quienes pueden ganar hasta US$2 mil mensuales. La contratación de técnicos crece 10% cada año (Perú.21, 26.02.13). Asimismo, esta carencia en la formación de capital humano ha estado siendo advertida desde hace años por analistas nacionales y extranjeros e incluso bancos de inversión y organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) (Gestión, 26.02.13).

Esta ausencia de jóvenes preparados para enfrentar la demanda actual se ve agravada por la falta de competencia y experiencia de la plana docente de los institutos de Educación Superior Tecnológica (IEST) y los Centros de Educación Técnico Productiva (Cetpro) que funcionan hoy en día, mientras que la infraestructura en la mayoría de centros educativos es precaria y obsoleta. Le toca al Estado exigir calidad en la educación técnica.