Esta revolucionaria manera de educar está orientada a la formación de hombres líderes e independientes, creativos e investigadores, sin límites en sus metas. Para desarrollar la confianza en sí mismos se rechaza el temor al error, pues se lo acepta como parte del proceso de aprendizaje. Los principios fundamentales de este método son: autonomía, independencia, iniciativa, capacidad de elegir y desarrollo de la voluntad.
No es casual que, precisamente, dos grandes inventores y revolucionarios como Alexander Graham Bell y Thomas Edison fueran los que se interesaron en apoyar la fundación de los primeros centros Montessori en Estados Unidos, convencidos de las bondades del método. Asimismo, personalidades como Jacqueline Kennedy, los hijos de Lady Di, y la precandidata a la presidencia de los Estados Unidos y hoy secretaria de Estado, Hillary Clinton, fueron educadas bajo este método. Incluso, esta última durante el mandato de Bill Clinton, ex presidente de los Estados Unidos, creó una Sala Montessori en la Casa Blanca. Y en literatura no podemos dejar de mencionar a Gabriel García Márquez. Esta revolucionaria manera de educar perteneció a una elite de personas que deseaban una formación para hombres líderes e independientes y no una educación en serie.
Sergy Brin y Larry Page, los creadores del buscador más famoso del mundo –Google–, siempre fueron creativos e investigadores y no tuvieron límites en sus metas. Una vez la famosa Bárbara Walters (2004) los entrevistó como dos de los personajes más fascinantes del año y les preguntó a qué atribuían su éxito. Ellos contestaron que gran parte de su trayectoria la debían a su pasado montessori, donde aprendieron a tener iniciativa y a investigar, y desarrollaron capacidad de acción para seguir sus propios intereses con la confianza en sí mismos y sin temor al error, pues bien sabían que este es necesario para llegar al éxito.
Otro que también reconoce su pasado montessori es Jimmy Wales, el creador de Wikipedia, ya que su madre fue maestra de este método. Y los ejemplos pueden seguir multiplicándose. Hoy, muchos años después de su creación, vemos que hay muchísimos países que apuestan por este maravilloso método.
El método de María Montessori
Para muchos historiadores, cada gran revolución o cada gran movimiento que despierte la mente y agite el alma del hombre tiene un representante En este caso, María Montessori –doctora en Medicina Humana, filósofa y antropóloga– es la representante de un movimiento pedagógico-cultural alrededor del niño, quien nos enseñó a observarlo con otra actitud. Así, su enfoque de enseñar y educar consiste en ayudarlo a conocer sus fortalezas y debilidades, las cuales son atendidas como procesos para formar su aprendizaje.
Quienes hemos tenido la oportunidad de observar a través de los cristales de una ventana o mampara un salón montessori, podemos afirmar que el impacto es inmediato, pues veremos una comunidad de niños moviéndose ordenadamente y haciendo uso de materiales que a simple vista no son atractivos. Es allí donde el niño se va construyendo mediante la participación activa en íntima relación con el material con el cual ensaya. Los niños asumen un liderazgo en su formación y la de sus compañeros, intercambiando ideas y experiencias, al punto que es propio del método ver a un niño dando lecciones a otro, tal como se las dieron a él.
Los principios fundamentales del método son: autonomía, independencia, iniciativa, capacidad de elegir y desarrollo de la voluntad. Para que se cumplan los principios necesitamos considerar al niño, la guía y el ambiente preparado.
En el primer caso –el niño–, es importante conocerlo, saber de su desarrollo humano y en cuál periodo sensible se encuentra, para satisfacer sus necesidades y ayudarlo a alcanzar su potencial gracias a la observación científica de una maestra guía entrenada para cumplir sus logros. Los periodos sensibles son tiempos cortos con características marcadas de interés para el niño, los cuales deben ser aprovechados por la maestra guía para trabajarlos y tener excelentes resultados en el aprendizaje. Por ejemplo: el periodo del orden, en el cual es sencillo introducir nociones de clasificación, seriación y otras; el periodo de lo diminuto, en el cual se trabajará la percepción visual, que se encuentra muy aguda para lograr el aprestamiento en la lecto-escritura.
En cuanto a la maestra guía, esta tiene la misión de aprender a observar al niño sembrando en él el interés por la ciencia y la cultura. Su preparación espiritual debe ir a la par con la intelectual, para que actúe en el niño como agente activo. Nosotras, gracias al estudio del niño, confiamos en él y consideramos que el error, equivocación o falla es parte del aprendizaje; por ello, el niño no es castigado sino que se valora esta falta como una etapa para llegar a la meta.
Finalmente, el ambiente preparado es mucho más que el uso de materiales, es la capacidad del educador de amar y respetar al niño como persona y ser sensible a sus necesidades. Este ambiente está formado por dos factores: el entorno y el material –para que actúe la parte social, emocional e intelectual–, donde todo tiene orden y todo tiene su lugar apropiado. El silencio y la movilidad son elementos indispensables en un ambiente montessori, ya que la concentración y atención es una constante en este método.
Nosotras, las maestras del Jardín Kreatividad, nos venimos preparando tanto a nivel nacional como internacional (Santiago de Chile, enero 2008) para que sus niños sean líderes de bien, pues es nuestro compromiso entregarles las herramientas para desenvolverse en este mundo de constantes cambios. los esperamos para que conozcan nuestra propuesta educativa mediante un video, en el que observarán a los niños y se sorprenderán.