Colegio Jean Le Boulch

La felicidad de aprender y convivir en la escuela
Colegio Jean Le Boulch

José Taramona

Director

Información principal del centro:

  • Dirección:
    • Rodrigo de Triana Nº 154 3ra Etapa - Santa Patricia - La Molina. (Alt. cdra. 3 de Av. Los Ingenieros),
  • Teléfono:
    • 348-0844
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    • José Taramona
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El desarrollo integral de la persona involucra asimismo una interacción adecuada con el entorno, cuya dimensión ética es una constante en la formación que brinda este centro educativo. A partir de la generación de situaciones educativas se propicia el desarrollo del pensamiento analítico, creativo y crítico, con lo cual se refuerza la seguridad y la autoestima de sus estudiantes mediante una convivencia democrática.

¿En qué consiste la propuesta pedagógica del colegio?

La Educación por el Movimiento propone un desarrollo integral de la persona en sus distintas dimensiones, tanto las cognitivas y corporales como las sociales y emocionales, de manera que le permitan interactuar con su entorno de forma adecuada. Allí entra la dimensión ética, que involucra a todas las demás.

¿Cómo es ese desarrollo integral de los niños?

En general, lo que tratamos de hacer es generar situaciones educativas o que ellos mismos las generen, como en sus proyectos personales de investigación, donde los chicos puedan desarrollar sus capacidades cognitivas a partir de observar o distinguir un fenómeno, intuir una posible respuesta, analizar la situación de distintas maneras, crear y pensar sus propias soluciones, expresarlas a sus compañeros o un auditorio, lo que vendría a ser el desarrollo del pensamiento analítico, creativo y crítico.

Una buena parte de este trabajo se realiza en equipo, buscando que los alumnos se organicen ellos mismos, se pongan de acuerdo y logren dar solución conjunta al problema planteado; de ahí que nuestro mobiliario y ambientes sean adecuados para trabajar en equipo. Esta experiencia de emociones positivas les da mayor seguridad y fortalece su autoestima; por eso es que propugnamos que los alumnos se sientan felices aprendiendo y conviviendo en la escuela.

Finalmente, muchas de estas actividades son en movimiento, como, por ejemplo, las actividades de educación psicomotriz para inicial y los primeros grados de primaria, o en alguna artística como el teatro, danza, circo o los deportes.

¿Y la adquisición de conocimientos, de información?

En nuestros días, el desarrollo cognitivo o intelectual no pasa por tener la mayor cantidad de conocimientos de información, ese es un modelo antiguo, porque la información la tenemos literalmente al alcance de nuestras manos con los celulares y toda la tecnología.

Nuestro enfoque está más centrado en la persona, en el desarrollo de sus capacidades y habilidades en interacción con los otros. En este proceso también se van adquiriendo conocimientos o información pero de una manera más razonada, más creativa y crítica. Los conocimientos o la información son un medio para el desarrollo de la persona, ya no son un fin, como estaba planteado en la escuela tradicional.

¿Por qué dice que el fin de su escuela es la dimensión ética y la convivencia democrática?

Consideramos importante la dimensión ética de la persona porque tiene ver con lo que uno desea hacer y su relación con los otros, es decir, tiene que ver con la convivencia humana.

Por definición, el ser humano es eminentemente social, necesita del otro para vivir. Es así que consideramos que la convivencia es fundamental para la vida de una persona, está presente en todo contacto humano, llámese laboral, familiar, vecinal, en las relaciones de pareja o como ciudadano. En ese sentido, es un deber para nuestra escuela tomarla en cuenta si deseamos preparar a nuestros alumnos para la vida. Es así que en el colegio los alumnos participan activamente en la vida escolar, proponiendo actividades y soluciones a los problemas que se presentan de manera cotidiana.

Nosotros lo denominamos convivencia democrática, porque la relación que se establece es de escucha, respeto mutuo y comprensión de las necesidades de uno y de los otros (alumnos, profesores y padres, cuando es a nivel escuela), estableciéndose un tipo de disciplina, más comprensiva, más sincera.

Es en ese ambiente que los alumnos participan en la elaboración de las normas de la escuela, a través de acuerdos que generan un compromiso con todos y el reto para los alumnos de autorregularse para su cumplimiento.

Uno de los casos más saltantes es el uso de celulares (y de los videojuegos también) en la escuela en el nivel secundario. Antes lo teníamos prohibido, pero los alumnos se ingeniaban para sacarle la vuelta a la norma y a nosotros, como en toda disciplina de tipo autoritaria, basada en la obediencia. Lo conversamos y acordamos que podían usarlo en los descansos y para la investigación en las aulas. El resultado ha sido un 90 % de cumplimiento, los alumnos han logrado autorregularse debido al compromiso establecido por todos y ya no se saca el celular a escondidas, en los pasillos, como se hacía antes cuando existía la prohibición. ¡Es una relación mucho más sana y efectiva!