Luego de 2 años de virtualidad
El anuncio de que el año escolar 2022 sería presencial, la posterior promulgación de normas y el inicio de la campaña escolar generaron expectativas; sin embargo, a estas alturas, con el repunte de la tercera ola del Covid-19, además de las restricciones impuestas por el Gobierno, algunas inexplicables o exageradas, que en el pasado demostraron su ineficacia, generan temor e incertidumbre.
El Perú fue uno de los pocos países en el mundo que no implementó un sistema de educación presencial durante el año 2021. En Latinoamérica lo hicieron incluso países como Bolivia, Ecuador o Venezuela, mientras que en nuestro país a diciembre solo el 12% de colegios desarrolló algún programa de semipresencialidad. No obstante, la comunidad educativa está de acuerdo con la imperativa necesidad del retorno a las clases presenciales.
La crisis generada por la pandemia hizo que los colegios privados, en el 2020, perdieran una importante cantidad de estudiantes, que se cambiaron a otro colegio de menor costo, y en el último eslabón de la cadena varios miles llegaron a la escuela pública. A consecuencia de ello, muchos colegios tuvieron que cerrar. Sin embargo, también en los colegios públicos se ha registrado una preocupante deserción. Al inicio del año escolar del 2021, según el INEI, la matrícula en los colegios privados del Perú cayó en 19%; luego se estabilizaron y al cierre del año escolar, el avance de las vacunaciones mostró cierto respiro y recuperación de la economía y con ello mejores proyecciones para el año escolar 2022. Un hecho por tomar en cuenta es que los 220 mil fallecidos por la pandemia han dejado a cerca de 100 mil niños huérfanos, que el Estado debe identificar y atenderlos a fin de que continúen sus estudios.
Lamentablemente, desde el Ministerio de Educación nuevamente se tuvo inestabilidad con cambios sucesivos que no ayudaron a avanzar. Con el inicio de un nuevo gobierno, en julio, juramentó como ministro el educador Juan Cadillo, designación que generó expectativa por su conocimiento del sector y por ser un profesional destacado en innovación y tecnología educativa. En sus dos meses de gestión hizo una planificación y dio a conocer sus primeras decisiones, y de pronto, abruptamente y sin explicación alguna, fue cambiado. Su sucesor, un docente vinculado al gremio de profesores, sin conocimiento en la gestión pública y con una visión sesgada de temas reivindicativos y pugna de sindicatos, demoró dos meses en desarrollar alguna planificación, y al poco tiempo fue censurado por el Congreso de la República por su incapacidad en llevar adelante el proceso de evaluación de docentes. Así llegó el tercer y actual ministro de Educación, Rosendo Serna, en solo cinco meses.
Las disposiciones del Ministerio de Educación (Minedu) para el retorno a las aulas escolares contienen cinco puntos básicos: (a) distanciamiento físico de un metro, (b) ventilación de los ambientes utilizados, (c) uso adecuado de mascarillas, (d) instalación de estaciones de lavado de manos y desinfección, y (e) señalización y orientación a estudiantes y personal. También prevén clases de cuatro horas cronológicas diarias como máximo, y la dirección y personal administrativo como responsables de monitorear las condiciones de salud de los estudiantes y del personal.
Según el educador Paul Neira, hay avances significativos con la publicación de esta norma; por ejemplo, reducir el distanciamiento dentro del salón de clases de 1.5 metro a un metro, aceptando la recomendación del Unicef, la Unesco y el Banco Mundial. También, que las clases sean de lunes a viernes, pero cuestionó la limitación de que sean solo de cuatro horas cronológicas, que no tiene sustento técnico y que a la luz de la experiencia internacional ha demostrado que las jornadas escolares de más de cuatro horas no han sido determinantes en los contagios. Sin embargo, hay preocupación en otros tres temas puntuales. Primero, el presupuesto, ya que dicha norma se aprobó con posterioridad a la aprobación del Presupuesto General de la República, y no sabemos si todas estas actividades descritas en dicha norma serán correctamente financiadas. Segundo, cómo manejarán el tema logístico en los colegios públicos, considerando que este año tendrán muchos estudiantes nuevos provenientes de los colegios privados. Y tercero, el caso de los miles de estudiantes que han abandonado las clases y frente a lo cual no se observa un plan claro, ordenado, con recursos para recuperarlos.
Para León Trahtemberg, el aforo será un problema de cómo se maneja, y los turnos que hay que implementar, así como contratar nuevos docentes. Por otro lado, se refiere a los resultados perniciosos del confinamiento que se verán a mediano plazo, pero que en el corto plazo ya sabemos que el 40% está afectado en su salud mental, muchos niños presentan aislamiento social, ansiedad, angustia, depresión. Es imposible que todos los colegios tengan un psicólogo, pero los docentes deben afrontar este problema de alguna manera.
Colegios privados
La situación para los colegios privados no es nada fácil. Aquellas instituciones que de alguna manera tuvieron clases presenciales tienen alguna ventaja para poder implementar el retorno a las aulas; por un lado, requieren mayores espacios, gestionarlos eficientemente o desdoblar aulas para asegurar el distanciamiento; reforzar su equipo de tutoría, gestión y coordinación de los protocolos; así como ingresos, salidas, refrigerios, recreos, etc., y limpieza y desinfección. De igual manera, mantener los sistemas de educación virtual o híbrida equivale a mantener un doble servicio virtual y presencial. Todas estas acciones, sin duda, significan mayores costos para la institución, contratar más personal, docentes, mayor equipamiento, licencias de plataformas y software, entre otros.
De acuerdo con las consultas realizadas a varios directores de colegios privados, el año escolar 2022 presenta una serie de retos. Se esperaba empezar el año con una reactivación económica que ayude al retorno de estudiantes que desertaron ante la crisis. Entre octubre y diciembre se registraron buena cantidad de alumnos nuevos interesados; sin embargo, la llegada de la tercera ola de la pandemia ha generado temor y este proceso se han detenido. También, muchos padres recibieron becas o semibecas con el propósito de evitar la alta morosidad y mantener, además, a los estudiantes con la esperanza de que la situación económica mejore. Pero a poco tiempo de iniciar las matrículas, no se percibe dicha recuperación, lo que hace prever que los colegios podrían seguir perdiendo alumnos, al no poder seguir manteniendo las becas por más tiempo, mientras otros colegios anuncias pensiones escalonadas o descuentos para hermanos, como estrategia para retener estudiantes ante el panorama complicado. Esto se ve agravado para los colegios que recibieron préstamos del programa de Reactiva Perú, y este año deberán empezar a pagar la devolución en un escenario aún complicado. Por otro lado, muchos colegios redujeron los sueldos al personal administrativo y docente, no obstante que tuvieron más carga laboral, y esperan volver a los sueldos prepandemia.
No obstante, confían que sobre todo la educación inicial, que generó la mayor deserción, retornará a las aulas. Lo más importante es afrontar y retomar los aprendizajes, cuya ausencia tanto daño han hecho a los niños y que ojalá no nos deje un daño irreversible en esta generación. Algunos opinan que empezarán con clases semipresenciales hasta llegar gradualmente a la presencialidad. En tal sentido, han definido precios de pensiones diferenciados para las diversas modalidades. A los colegios de los segmentos medio y bajo con pensiones de menos de S/ 500 les será complicado implementar un sistema de educación híbrida llevando en simultáneo clases presenciales y virtuales, por su mayor costo en equipamiento, más docentes, etc. Otro tema que les complica la adaptación son los sucesivos cambios de normatividad y requerimientos que el Minedu solicita constantemente.
El exministro Daniel Alfaro ha sugerido brindar apoyo financiero a los colegios privados, con préstamos blandos, ampliando el tiempo de gracia para los que tienen préstamos para adecuación y ampliación de infraestructura. Incluso, se podría subsidiar a alumnos a fin de no trasladar los costos a los padres de familia.
Los colegios Innova Schools y Futura Schools se preparan para recuperar la senda de crecimiento, luego de haber perdido un porcentaje importante de estudiantes durante la crisis del año 2020 y una rebaja de pensiones entre el 15% y 20%. El 2021 sirvió para estabilizar y retomar sus nuevos planes, al punto que han realizado inversiones para aumentar la capacidad de sus colegios, así como para implementar nuevas sedes. Innova Schools, que acaba de cumplir 10 años en el mercado, cuenta con 63 colegios en Lima, Chincha y Chimbote, y apuesta por su internacionalización con tres sedes en México y una en Colombia. Futura Schools, por su parte, ha implementado estrategias de gamificación para niños, a través del juego, con una metodología participativa en grupos colaborativos, y empezarán el año con 10 colegios, cuatro en Arequipa, dos en Trujillo, y un local en Tacna, Ica, Chiclayo y Piura. Ambas instituciones educativas tienen previsto retornar a las pensiones prepandemia.
Por su parte, la cadena de colegios Saco Oliveros, que tienen 51 locales, 45 en Lima y 6 en Ica, Huaral, Huancayo, Pucallpa y Cajamarca, hizo un descuento del 50% en los primeros meses del 2020 y luego terminó con un 40% de descuento, lo que les permitió no solo mantener la cantidad de estudiantes, sino incluso incrementarla. La cadena de Colegios Prolog, que cuenta con ocho locales en Lima Sur, uno nuevo en Comas, además de sedes en Cañete, Chincha, Pisco y Huaral, desarrolló una estrategia similar. Para el presente año, ambos anuncian nuevas sedes y la ampliación de varios de sus locales. Por otro lado, estos colegios han asegurado la matrícula de sus alumnos con tarifas de diciembre del 2021; sin embargo, tienen previsto regresar las pensiones a los montos prepandemia.
Retorno a las pensiones prepandemia
Los colegios privados solo pueden hacer cobros por tres conceptos: (a) la cuota de ingreso, que se paga por única vez cuando un estudiante nuevo obtiene una vacante; (b) la matrícula, que se paga una vez al año al inicio del año escolar y no puede ser mayor a una mensualidad; y (c) las pensiones mensuales, que pueden ser entre 9 o 10. Cualquier otro cobro podría estar sujeto a sanción, como ocurre todos los años con muchas instituciones.
El 75% de colegios tiene previsto cobrar la pensión prepandemia para el año lectivo 2022, mientras que un 15% aún tienen pensiones ligeramente menores que las de marzo del 2020, y un 10% tienen pensiones ligeramente mayores a las pensiones prepandemia. Considerando que por efectos de la crisis generada por la pandemia y las clases virtuales hubo un descuento promedio de entre 15% y 20%, y para el inicio del año 2021 hubo una reducción de los descuentos, equivalente a un incremento del 6%, podemos concluir que tenemos un incremento aproximado del 12%.
Muchos directivos consideran que las pensiones deberían subir más debido a que tienen mayores costos al implementar los nuevos sistemas educativos, considerando que la morosidad el año pasado se mantuvo entre el 15% y 20%, además de una inflación que cerró el 2021 en 6.4%, una de las tasas más altas en los últimos 13 años. Y también por el tipo de cambio del dólar alto, moneda en la que se adquieren los equipos y soluciones tecnológicas. Pero también son conscientes de que la situación del mercado no permite un incremento mayor. Ante esta situación, será fundamental que busquen las mayores eficiencias en sus inversiones y gastos.
En cuanto a la cuota de ingreso, esta se encuentra estancada hace varios años, e incluso muchos colegios han rebajado el monto y/o han dado facilidades de pago, ya que este monto en gran medida depende de la oferta y demanda de vacantes, y en este momento claramente los colegios están recibiendo alumnos a fin de cubrir la deserción que han tenido.
Justo Zaragoza / Director del GEF