Peligros de internet, pros y contras del uso por los escolares

Frente a los peligros reales de la virtualidad, los padres de familia tienen distintos enfoques, que dependen no solo de su temperamento y crianza, sino sobre todo de sus intereses y de los usos y aplicaciones que hacen de las nuevas tecnologías. Pero no hay que olvidar que en el caso de los más pequeños, las precauciones son muy importantes ante las amenazas reales a las que se ven expuestos.

Por Lucero Calderon Frías
Directora Psicopedagógica Tangram
www.tangram.edu.pe

A menudo escucho a padres comentar, desde que sus hijos son muy pequeños, sobre la facilidad que estos tienen para conectarse y hacer uso de internet. En seguida viene la pregunta casi de rigor: ¿está bien? La respuesta tiene dos aristas: sí y no. Pues aunque restrinjamos las páginas a las que los niños pueden entrar, nunca debemos dejarlos solos, así como nunca los dejaríamos solos en la calle o con extraños.

No es que ellos necesariamente sepan más, sino que tienen más facilidad y disponen de más tiempo para descubrir y practicar. Entonces, si considera que como padre, su hijo sabe más… actualícese. Pero recuerde, si aun esto fuera cierto, el que tiene más experiencia de vida y constituye la autoridad es usted.

Si entendemos que el uso de la tecnología es, hoy por hoy, un medio importante e imprescindible, no podemos tampoco dejar de lado las bases reales sobre los cuales los niños se desarrollan y aprenden: la experiencia directa, el contacto con otros y, sobre todo, la transmisión de valores y modelos de forma práctica, no virtual.

Entonces la respuesta no sería muy complicada, hay que dejar que el niño desarrolle de forma natural el uso de la computadora a través de juegos, videos o actividades interactivas, lo cual debe ser utilizado paralelamente, no como un sustituto de actividades reales, sino como un complemento, ya que cada actividad, tanto real como virtual, activa diferentes áreas de nuestro cerebro y ayuda a crear nuevas conexiones.

Las claves
La primera clave es el equilibrio. Si me preguntan a partir de qué edad, les respondería directamente: cuando empiecen el colegio o en el último año del preescolar. Eso sí, el uso de internet debe ser controlado y supervisado. Lo más recomendable sería que los padres bajen los programas o juegos apropiados para hijos pero empleando la segunda clave: la supervisión y el acompañamiento.

En algunos casos –como el de niños pequeños con hermanos mayores–presionan a los padres con el famoso “¿y yo por qué no?”. No es justo, como padres debemos ser conscientes y centrados y no dejarnos guiar por la forma de pensar de padres modernos: si se lo puedo dar, mejor; mientras antes, mejor; pobre, no quiero que se frustre, etc.

Internet en la etapa escolar
El inicio de la educación primaria va a implicar un mayor o menor uso de internet y redes sociales según las exigencias y demandas escolares. Ante esto, debemos reconocer que no existe un filtro 100% seguro que proteja a nuestros hijos, y que, por sobre todo, nadie se responsabilizará si algo les sucede. Aun si nuestros hijos están en casa, corren demasiados riesgos, no solo de lo que sin querer o queriendo pueden encontrar, sino por los engaños a los que pueden estar expuestos. La otra cara de la moneda son las múltiples ventajas del uso de internet: acceso inmediato a múltiple y variada información, conexión en tiempo real, últimos avances y descubrimientos, aprendizaje interactivo…

Las redes sociales constituyen una herramienta fundamental de comunicación entre pares, sobre todo adolescentes. En el caso de los niños de educación primaria, no les deberían permitir tener cuentas o conectarse a determinados espacios, ya que a la vez exponen a nuestros hijos a varios peligros tales como cyberbullying, el acoso, el grooming, el engatuzamiento, personas que mienten sobre su edad o sexo con fines maliciosos.

Sí, es cierto que muchos niños tienen cuentas en redes sociales. Por ello, trate de crear una red de padres en la cual, por ejemplo, todos se pongan de acuerdo para que sus hijos pequeños o de determinado grado no creen y tengan acceso a cuentas en redes sociales.

¿Qué hacer?
Infórmese, conozca lo más que pueda sobre el uso de internet, redes sociales, páginas y formas de comunicación, Messenger, chats, etc. Si estamos informados y conocemos del tema, podremos ser buenos consejeros para nuestros hijos.

También discipline a sus hijos en cuanto a la permanencia permitida diariamente. Explíqueles claramente sobre la importancia y cuidado de no revelar datos personales, y de no dar ni recibir información relevante, de contenido sexual y tipo de fotos en la web. Dé la regla: No aceptes en tu círculo a nadie que no conozcas, aunque sea a un amigo de tus amigos.

Sea insistente en que si en algún momento ellos ven o se encuentran con algo o alguien que los hace sentir incómodos, los asusta, acosa o les muestra contenidos inapropiados, deben tener la confianza y seguridad para contárselos y no acceder más a esos contenidos o conectarse con esas personas o sitios web.

Si sus hijos son pequeños, ubicar la PC en un espacio abierto y de uso común. Instale un buen antivirus y actualícelo. Comparta actividades reales y virtuales con ellos, pero, sobre todo, esté actualizado.

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