Llegar a un nuevo centro de estudios siempre es una experiencia incierta y casi nunca es vista con agrado por “el nuevo del salón”. No es solo enfrentarse a un grupo distinto, sino haber tenido que abandonar a un grupo de amigos y rutinas con los que uno ha ido creciendo durante años. Por ello, el cambio de colegio suele ser una decisión muy difícil para los padres, tanto como la de haber elegido uno por dónde comenzar.
El proceso que implica trasladarse a otra institución educativa enfrenta su parte máscomplicada en la etapa de adaptación. Por lo general hay una alteración en el estado de ánimo del nuevo alumno, así como un notorio decaimiento en su rendimiento escolar, por lo que es aconsejable que los pad
res mantengan una comunicación constante con su hijo en los primeros meses, para poder saber así qué es lo que más le está afectando dadas las expectativas que se crean ante una situación incierta, como son, por ejemplo, el carácter de la profesora, el comportamiento de sus nuevos compañeros, la capacidad de adaptación frente a las normas de la escuela, etc.
Consejos útiles
Ante la incertidumbre que produce ingresar a una nueva institución, es bueno que el niño conozca el lugar antes de asistir, buscando si es posible una persona que sirva de nexo. Además, es altamente recomendable conversar la decisión anticipadamente y con calma, lo importante es que el niño se sienta seguro de enfrentar el cambio. Hay que tener en cuenta que la selección del colegio no implica la admisión del estudiante, por lo cual los padres deben barajar varias opciones y asumir que su hijo no será, necesariamente, aceptado de buenas a primeras.
Por todo ello, les sugerimos algunas recomendaciones que se deben considerar a la hora de enfrentar el delicado proceso del cambio de colegio.
Explicar razones: Es importante que planteemos a nuestro hijo la causa del cambio en forma adecuada para su edad. Hay que dejar en claro, en todo momento, que la decisión del cambio es nuestra y no de él, así evitaremos sentimientos de culpa que no le pertenecen. Lo que se aconseja en estos casos es que los hijos se sientan confiados de la decisión de los padres, es decir, que sepan que ellos les están ofreciendo lo mejor para su educación y para su futuro.
Organizarle una despedida: Siempre será bueno realizar una actividad de despedida con sus compañeros y profesores, lo cual sella procesos de vinculación, así como establecer contactos telefónicos (o de otro tipo) con sus seres más cercanos a fin de evitar la sensación de pérdida.
Padrino: Otra opción es plantearle al profesor una persona que lo “apadrine”, es decir, que acoja al niño y lo presente ante los demás.
Rescatar experiencia positiva: Todo cambio favorece o estimula el desarrollo de habilidades, las cuales servirán para enfrentar experiencias futuras que demanden paciencia y tolerancia. Asimismo, otro aspecto positivo que se debe resaltar es la posibilidad de hacer nuevas amistades, sin perder a los antiguos compañeros. En el hogar, es conveniente que guardemos un espíritu optimista frente a este proceso, sin hacerle caer al niño en falsas expectativas, motivándolo a realizar actividades y asistir a reuniones sociales.
Analizar al colegio: Para que la elección sea lo más afinada posible, es recomendable que los padres elaboren una lista de opciones y luego analicen las cualidades y fortalezas de cada colegio. En esta Guía ofrecemos un artículo sobre cómo evaluar adecuadamente una institución educativa. En general, lo ideal es que el colegio se ajuste a la personalidad, habilidades y conducta del niño. Por ejemplo, si hay problemas de lenguaje no se debe optar por un colegio bilingüe. Además, siempre hay la posibilidad –en el caso de que el niño fuera rechazado en el examen de admisión– de conversar con la persona que lo evaluó y saber cuáles fueron los motivos de tal determinación.
Un solo cambio: Es aconsejable no someter al niño o joven a otros cambios durante este periodo, pues la adaptación requiere de una atención especial y es necesario apoyarlo en su proceso de integración.
Evaluar desempeño: Una decisión de este tipo se puede corregir tempranamente detectando problemas de aprendizaje en el niño o evaluando su desempeño desde que está en el nido. A esta edad es posible hacer los correctivos a tiempo, lo cual favorecerá su posterior desarrollo.
Timidez: Los niños tímidos requieren de educación personalizada y de una institución acogedora, pues los profesores deben invertir mayor tiempo en ellos y una buena disposición para guiarlos.