El impacto de la inteligencia artificial en la educación
La atención de los problemas socioemocionales en los estudiantes que trajo la pandemia relegó a un segundo plano el uso de la tecnología, que con el tiempo ofreció soluciones disponibles y se benefició de la aparición de la IA. Sin embargo, a pesar de su rápida incorporación a la enseñanza en las aulas, la brecha educativa aún muestra cifras que no han logrado acortar las desigualdades en los estudiantes y resulta imperioso implementar programas de capacitación docente que brinden más habilidades prácticas para integrar éticamente la inteligencia artificial en los procesos educativos
Durante la pandemia se había usado la tecnología a prueba y error, muchas veces sin mayor planificación, pero fue un gran aprendizaje. El año 2022, en el retorno a la presencialidad, los colegios priorizaron otros temas, como aspectos socioemocionales de los estudiantes, y en la mayoría de casos se regresó al escenario prepandemia. Ya el año 2023, con mayor tranquilidad, los directivos han podido conocer la diversidad de soluciones disponibles en el mercado, han participado en una serie de foros, congresos y conversatorios, que han aclarado el panorama. Finalmente, la aparición y masificación de la inteligencia artificial (IA) han generado gran expectativa y necesidad de cómo usar y preveer el impacto en las aulas.
Por este motivo, el Grupo Educación al Futuro hizo un estudio para conocer mejor este proceso, con la colaboración del Prof. Luis Dávila, experto en competencias digitales y docente de formación continua de la PUCP. De esta manera, se investigó sobre el uso de plataformas digitales, softwares y herramientas tecnológicas, sobre el nivel de conocimiento y capacitación de directivos y docentes en torno a competencias digitales, así como su conocimiento, uso e impacto de la inteligencia artificial (IA) en las aulas.
Una primera consulta a los directores de colegios privados fue en cuanto al uso de las plataformas, software y las herramientas tecnológicas en sus instituciones. Al respecto, la mayoría (63%) respondió que cuentan con un entorno virtual o LMS sistematizado para todas las áreas académicas; sin embargo, un 34% solo usa la plataforma como repositorio de recursos y para algunas tareas puntuales, mientras que en el 20% de casos el profesor decide el uso de acuerdo con su propio criterio, y en el 14% lo usan muy esporádicamente.
Durante el 2023, el 68.6% de las instituciones ha capacitado a directivos, docentes y estudiantes en competencias digitales y ciudadanía digital. No obstante, cerca de una cuarta parte (22.9%) no lo ha hecho, lo cual es una proporción importante que debe ser atendida. Esto indica que si bien se ha avanzado en la implementación de plataformas educativas, su uso no está completamente integrado en los procesos de enseñanza-aprendizaje y la capacitación en estos temas es fundamental, tanto a nivel de dirección como de docentes y estudiantes.
Inteligencia artificial (IA)
Las instituciones educativas enfrentan el desafío de integrar las nuevas tecnologías para transformar los procesos de enseñanza-aprendizaje. En particular, la inteligencia artificial ha tenido un crecimiento exponencial en este último año y se perfila como una herramienta con gran potencial para mejorar la experiencia educativa.
La IA permite automatizar tareas, generar datos para personalizar la enseñanza, asistir en actividades administrativas y crear entornos inmersivos, entre muchas otras posibilidades. Su implementación en las escuelas podría optimizar el uso de los recursos, ampliar el acceso a contenidos de calidad y liberar tiempo valioso de los docentes para enfocarse en guiar a los estudiantes. Integrar éticamente la IA en las aulas requiere de políticas claras, cambios organizativos y una adecuada preparación de directivos y profesores. A continuación, los hallazgos.
En el 63% de colegios encuestados se ha comenzado a implementar IA durante el 2023. Si bien este es un avance importante, significa que aún queda un 37.1% de instituciones rezagadas en su adopción.
Cerrar la brecha de acceso a la IA debe ser una prioridad de política educativa, para evitar que se profundicen las desigualdades entre estudiantes. Al mismo tiempo, es clave trabajar para que su implementación se realice de manera ética, responsable y en beneficio de la calidad educativa.
Sobre la definición de políticas para el uso de IA, solo el 45.7% de colegios lo ha hecho, mientras que la otra mitad no cuenta con lineamientos claros al respecto. Esto evidencia que falta institucionalizar el uso ético y responsable de la IA en la mayor parte de colegios.
En cuanto al tipo de formación que han recibido docentes y estudiantes sobre inteligencia artificial y sus aplicaciones en educación, se tiene que el 25.7% han recibido formación en conceptos básicos, ventajas y riesgos de la IA; el 31.4% han recibido formación práctica en uso de sistemas de IA en el aula, mientras que el 40% no han recibido formación específica sobre IA.
Se pone en evidencia la necesidad urgente de implementar programas de capacitación docente que brinden más habilidades prácticas para integrar éticamente la inteligencia artificial en los procesos educativos. Más de la mitad de los docentes y estudiantes no cuentan actualmente con las competencias necesarias para aprovechar responsablemente el potencial de la IA en las instituciones educativas.
La educación en el Perú se encuentra en un proceso de transformación digital, incluyendo la implementación incipiente de inteligencia artificial.
Esta implementación de la IA en las instituciones educativas recién empieza. El 57.1% de los colegios aún no la ha integrado. Entre los que sí lo han hecho, el tipo de feedback que han dado los docentes, los estudiantes y las familias sobre su uso en el aula indica que predomina la incertidumbre, con un 25.7%, reportando reacciones mixtas de la comunidad educativa.
Tener en cuenta este feedback resulta clave para encaminar adecuadamente la adopción de la IA, atendiendo dudas y preocupaciones razonables sobre los impactos de esta tecnología en la enseñanza y el aprendizaje. Un proceso participativo y una implementación ética y paulatina pueden ayudar a ganar confianza y aprovechar los beneficios de la IA en las escuelas.
Finalmente, sobre el impacto que la IA viene teniendo en los colegios, las opiniones son variadas, pero en general se percibe como positiva si se implementa adecuadamente, pero se requiere capacitación docente, política educativa, y una integración ética y paulatina. El potencial de la IA para mejorar la calidad educativa es enorme, pero para aprovecharlo se necesita una estrategia nacional que cierre brechas en acceso, forme al personal docente, y asegure un desarrollo inclusivo y responsable.
La tecnología no es un fin en sí misma, sino un medio para potenciar la labor docente, mejorar el aprendizaje y reducir desigualdades. Debe integrarse de manera contextualizada a la realidad educativa. Es clave avanzar con una visión humanista donde la tecnología está al servicio del desarrollo personal y el bien común. La IA puede apoyar ese ideal si su uso está éticamente orientado. El proceso requerirá aprendizaje y adaptación de toda la comunidad educativa. Un liderazgo colaborativo y un enfoque por etapas son fundamentales para una transformación digital beneficiosa en el sistema educativo.
El análisis realizado pone en evidencia que la integración de soluciones tecnológicas y de inteligencia artificial en las instituciones educativas peruanas se encuentra en una etapa inicial, con importantes brechas y desafíos por superar.
Si bien existen avances en adopción de plataformas y herramientas digitales, su aprovechamiento pedagógico y su democratización en todas las escuelas está aún en proceso de concretarse. Asimismo, se observan rezagos significativos en el desarrollo de políticas para el uso ético y responsable de estas tecnologías.
La formación docente y el involucramiento de la comunidad educativa son aspectos críticos que requieren mayor atención, para transitar a una transformación digital beneficiosa y humanamente orientada.
El camino es largo, pero con políticas adecuadas, inversión, liderazgo colaborativo y una implementación progresiva y contextualizada, las tecnologías emergentes pueden potenciar enormemente la calidad y equidad educativa. El objetivo debe estar puesto en colocar estas herramientas al servicio de los aprendizajes y del desarrollo integral de cada estudiante.