La compra tortuosa de los útiles escolares

 

Una de las características del comprador moderno es la falta de tiempo para la realización de tareas domésticas, como la compra de víveres y artículos de limpieza para el hogar durante la semana. El profesor de la escuela de posgrado de Marketing de la Universidad Esan, Otto Regalado, anota en su reciente artículo “¿Quién me vende los útiles escolares?” en el blog del diario Gestión, que los nuevos hábitos de compra tratan de reducir el número de visitas a los supermercados comprando cantidades mayores de los productos. En este mes de inicio de matrículas en los colegios, los padres de familia tienen la tarea adicional de cotizar y comprar la lista de útiles, que suele ser larga.

El artículo describe la estupenda oportunidad para que las librerías desarrollen un servicio de venta integral solucionando este trance que deben afrontar los papás, sobre todo si se considera que este proceso se desarrolla cada año por 13 o 14 años consecutivos. Las librerías tendrían que implementar sistemas de fidelización buscando la lista directamente del colegio y entregando los paquetes completos en casa, incluso con los libros y cuadernos forrados. Al parecer muchos padres estarían dispuestos a tomar estos servicios, si existieran…

Al respecto, hace unos años el Grupo Educación al Futuro realizó una investigación sobre la modalidad y hábitos de los padres de familia a la hora de adquirir útiles escolares, previo al inicio de clases, en las diversas instituciones educativas, como colegios y nidos. Compartimos con nuestros lectores estos interesantes resultados.

En principio, hay dos modalidades para las compras:
1. En el primer caso, los padres de familia compran directamente los útiles que sus hijos usarán durante el año escolar, de acuerdo con la lista proporcionada por el colegio o nido. Esta modalidad se da en más del 80% de instituciones, sobre todo en colegios públicos y privados de sectores medios y bajos.
2. En el segundo caso, son las instituciones las que realizan las compras de útiles escolares y les cobran a los padres de familia una cuota en efectivo, que cubre dichos costos. Esta modalidad se aplica sobre todo en colegios y nidos de los segmentos altos.

Estas modalidades, que parecen no tener mayor trascendencia, en realidad presentan cada una todo un sistema en la gestión de inventarios con diferentes actividades, desde la recepción, oportunidad de entrega, control de almacenes y calidad de productos.

Según la investigación, las compras efectuadas por los padres de familia presentan algunos inconvenientes con los útiles recibidos, tales como:
• Lista de útiles incompleta y/o demoras.
• Artículos de modelos o tamaños distintos a los solicitados.
• Productos de inadecuada calidad.

Por otro lado, para un profesor(a) es engorrosa la recepción y verificación de los artículos, ya que serán tantos lotes como alumnos tenga en el aula; pero, además, se requiere de gran espacio para almacenarlos, y muchas veces al ser entregados enrollados o sin envolturas adecuadas, se deterioran fácilmente.
En tanto que la segunda modalidad ofrece una serie de beneficios tanto para los padres de familia como para el centro educativo.

Beneficios para el padre de familia:
• Ahorro de tiempo: los libera de esta complicada tarea, ya que generalmente tienen que visitar varios establecimientos para comprar la totalidad de los útiles.
• Ahorro económico: al realizar la adquisición para la totalidad de alumnos, una compra institucional puede lograr descuentos, garantía y otros servicios, como entrega a domicilio, etc.
• Pagos parciales: inclusive los pagos para la compra de útiles pueden realizarse en 2 o más armadas, ejemplo semestralmente 50% en febrero y 50% en julio, así se alivia la concentración de gastos a inicios de año, ya que no tiene sentido pagar en febrero o marzo para la compra de cartulina o papeles que usaran entre octubre y diciembre.

Beneficios para la institución:
• Fácil gestión de inventarios: el manejo de almacén de útiles es mucho más sencillo, pues en lugar de recibir y verificar tantas listas como alumnos tenga, esto se simplifica a un solo recibo, ahorrando trabajo y tiempo.
• Adquisición por lotes: las adquisiciones las puede efectuar dos o tres veces al año por lotes, evitando de este modo tener en almacén papeles u otros útiles que usarán recién a fin de año, ahorrando espacio y evitando que se deterioren los útiles.
• Uniformidad de útiles: al adquirir los útiles de un solo proveedor, se garantiza que todos los alumnos usarán útiles con las mismas características y de calidad uniforme, evitando problemas innecesarios en el aula.

La mayoría de las instituciones son conscientes de estos beneficios; sin embargo o no se les ha planteado a los padres de familia o los padres prefieren hacer la compra por su cuenta, y esto por diversos motivos: el placer de realizar esta actividad con sus hijos, la creencia de poder ahorrar buscando ofertas o visitando el Mercado Central u otros, o, simplemente, por desconfianza hacia la institución.

Para que este sistema funcione es fundamental que las instituciones expliquen bien acerca de los beneficios, además, cuenten o recuperen la confianza de los padres de familia, la cual se ha visto menoscabada en muchos casos por el problema del sobrecosto en los libros debido a las comisiones cobradas por las instituciones. Superado este tema no hay duda de que la modalidad de compras institucionales es, de lejos, un sistema donde todos ganan.

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