La reforma educativa en el marco de la Alianza Pacífico

Hace unos días se realizó el Primer Foro de Educación de la Alianza Pacífico, una iniciativa de integración regional creada en el año 2011 conformada por cuatro países latinos cuyas costas están en dicho océano: Chile, Colombia, México y Perú.

 

Los cuatro países en bloque representan una población mayor que la del Brasil, con lo cual se consolidan como la octava economía a nivel mundial y la quinta en exportación; además,  destacan como una potencia en producción minera y de alimentos. En cobre representan más del 40% de la producción mundial, siendo Chile el mayor productor, seguido de Perú; en oro representan más del 10% de la producción mundial –Perú en 5.° puesto y México en 8.°–; también son potencia en producción de plata, con México como primer país productor, Perú segundo y Chile sétimo. La producción de petróleo sumada de México y Colombia supera a la de Venezuela. Es claro que al trabajar en bloque pueden negociar mejores condiciones para sus productos y lograr beneficios para sus naciones.

 

Por otro lado, estos cuatro países tienen muchas similitudes, tales como la cultura, idioma, idiosincrasia, retos y desafíos, pues al ser países con mejor desempeño en el crecimiento económico en los últimos años, también presentan problemas y dificultades similares en cuanto a las desigualdades económicas, enormes brechas educativas entre población de segmentos socioeconómicos altos y bajos, así como de su población en ciudades y población rural.

 

Justamente para analizar el tema de la educación como un importante elemento dentro de la competitividad en cada uno de los países, conocer experiencias exitosas y buscar modos de colaboración y movilidad estudiantil entre ellos dentro del contexto mundial, se desarrolló en Lima el Primer Foro de Educación de la Alianza Pacífico.

 

El evento reunió a autoridades educativas, académicas y empresarios de los cuatro países, pero además a expertos de la talla de Lant Pritchel, catedrático de Harvard Kennedy School; Mauro Dell´Ambrogio, secretario de Estado para la Educación, Investigación e Innovación del gobierno suizo; Geoff Fieldsend, exdirector de la Comisión para el Empleo y Habilidad del Reino Unido; Carmen Pagés y Emilia Vegas, de las Divisiones de Mercados Laborales, Seguridad Social y Educación del BID. También participaron Natalia Ariza, viceministra de Educación Superior de Colombia y Jaime Saavedra, ministro de Educación del Perú.

 

Lant Pritchel, recurriendo a los resultados de la evaluación PISA, puntualizó que los peores alumnos de Corea pertenecientes al quintil más bajo mostraban mejores resultados que los mejores estudiantes chilenos pertenecientes al quintil superior –Chile tiene 423 puntos en matemáticas, México 413, Colombia 378 y Perú 368–; algo similar ocurría en otras materias. Siendo aún más específico, señaló que para lograr estudiantes globalmente competitivos, estos deben estar entre el 5.° y 6.° nivel de la evaluación PISA, pero solo representan en Colombia el 0.3% (es decir, solo 2,100 estudiantes); en Perú, 0.6% (3,200); México, 0.6% (14,300) y Chile 1.6% (6,980); mientras que en EE.UU. son el 8.8% (321,000), Dinamarca 10%, y en Corea 39.9% (210,000). Incluso ironizó que la totalidad de este selecto grupo de los cuatro países entraría en un auditorio o en una pequeña universidad del estado de Ohio, y que si queremos compararnos con los países desarrollados e ingresar al club de las estrellas globales, esto debe cambiar radicalmente.

 

A su turno, Dell´Ambrogio –ministro de Educación suizo– mostró una fotografía de un futbolista destacado y dijo que todos los niños aquí piensan que pueden llegar a ser unas estrellas del fútbol mundial; de ese mismo modo debería ser en el tema educativo; sin embargo, el desarrollo de la educación en nuestros países está por debajo del desarrollo económico y de varias otras variables de competitividad; incluso hay países con menor PBI económico pero que tienen un mejor nivel educativo. Para cambiar la situación hay que terminar con la complacencia y hacer algo disruptivo, de lo contrario (subiendo solo un punto anual) se requerirán 100 años para lograr el nivel esperado.

 

Explicó que si bien la cobertura de la educación se ha expandido, falta trabajar en la mejora. Comparó dos sistemas: uno centralizado, como el de araña, que tiene una cabeza y desde ahí se comunica hasta el último lugar de la telaraña; mientras que el otro sistema sería como una estrella de mar, que no tiene cerebro y, por tanto, cada tentáculo responde a un estímulo, pero que sin embargo se desplaza en una dirección hacia un objetivo. Este es el modo de un sistema que genere oportunidad a la innovación, autonomía con una red de docentes que repliquen sus experiencias, con financiamiento flexible y operación local. Es el sistema que usan en Suiza, un pequeño país europeo cuyas ciudades son muy distintas dependiendo la cercanía a otros países; incluso se hablan otros idiomas en cada uno de ellos.

 

Al hacer referencia a la educación superior, indicó que hay una educación dual donde un gran porcentaje de jóvenes interactúa entre el trabajo y los estudios. En Ginebra, por ejemplo, desde muy pequeños aprenden a ser joyeros, y en simultáneo estudian financiados por las propias empresas. A pesar de que la mayoría de ellos se cambiará de trabajo, los empresarios han entendido que igual se benefician al tener mano de obra calificada. El 40% realiza estudios técnicos y un 45% va a la universidad; la experiencia previa es muy apreciada. Finalizó diciendo que el actual presidente suizo tuvo una formación técnica.

 

Mercado laboral

Para Carmen Pages del BID, analizando el mercado laboral de la región, refirió que existe una alta tasa de rotación. Mostró datos interesantes de los estudios realizados, como por ejemplo que el 64% no cuenta con capacidad tecnológica para el trabajo; solo el 15% se forma mientras trabaja, en tanto que en los países de la OCDE esta cifra es del orden del 40%. Por otro lado, el 7.4% ni trabaja ni estudia, lo que en Perú representa más de un millón de jóvenes. Paradójicamente, el 45% de empleadores no encuentra mano de obra calificada. Es aquí donde propone desarrollar lo que llama la “cuarta revolución industrial”, para lo cual invoca una alianza entre la escuela, la empresa y el Estado.

 

Lorenzo Constans de Incap – Chile, mencionó que las universidades no dan las capacidades que las empresas necesitan. Al explicar la experiencia de Incap, manifestó que nació hace 50 años como un centro de capacitación para trabajadores de acuerdo con las necesidades del mercado laboral. Actualmente cuenta con universidad tecnológica, instituto profesional y centro de formación técnica, con 26 sedes a nivel nacional y más de 120 mil alumnos; una organización producto de la asociación público-privada, institución perteneciente al Estado, con financiamiento de las empresas y con gestión privada. Forma profesionales y técnicos según los requerimientos de los sectores productivos de cada lugar y sede, cuya currícula es elaborada considerando las competencias requeridas por los empleadores.

 

Martín Pérez, presidente de la Confiep de Perú, enumeró, a manera de una lista de chequeo, los puntos que los estados de la Alianza Pacífico deben solucionar o dar prioridad, tales como la homologación de los títulos, mayor inversión a la innovación, reducir las brechas de educación, desarrollar un programa más amplio de becas; tener disponible una bolsa de trabajo sabiendo que Chile y Perú cuentan con los mejores ingenieros metalúrgicos, de minas y geólogos, mientras Colombia y México con los mejores petroleros, de modo que se facilite la movilidad de estudiantes y profesionales, y, a consecuencia de ello, generar más patentes a nivel mundial.

 

Sergio Contreras de México indicó que, efectivamente, había en ciertas áreas el cuádruple de profesionales necesarios, mientras que en otras solo el 10% de lo que los empleadores demandaban, por lo que era necesario realizar inteligencia de mercado, alinear currículos y estandarizar la calidad. Javier Elguera, de la Fundación Carlos Slim de México, expuso que la organización desarrolla programas de capacitación en alianza con el MIT en 30 países y cuenta con una plataforma en internet de formación de 76 oficios, con un alcance de un millón de estudiantes en forma residencial y 10 millones de estudiantes en línea.

 

Juan Varillas, presidente de la Asociación de Exportadores del Perú (Adex), expresó que ante la falta de profesionales en el área de comercio internacional, decidieron hace más de 30 años abrir su escuela –que desarrolla una serie de cursos y diplomados– y, posteriormente, crearon el instituto que forma profesionales en logística del comercio internacional, administración de negocios internacionales, marketing internacional, además de realizar prácticas y enrolarse al mercado laboral fundamentalmente de sus asociados.

 

Educación secundaria

Emiliana Vegas (BID) reiteró que los estudiantes más pobres de Japón tienen mejores resultados que los jóvenes más ricos de Chile o Perú, según cifras de PISA 2012. Por otro lado, una de cada cinco personas de entre 15 y 29 años ni trabaja ni estudia; en México 60 de cada mil jóvenes se embarazan antes de concluir la secundaria, mientras que la media para los países de la OCDE es de 20 por mil. Para mejorar la situación actual, en su concepto se deben promover tres acciones: innovar, invertir eficientemente y tener mejores docentes.

 

Para innovar hay que tener altas expectativas de aprendizaje, incluir el curso de inglés universalmente, extender la jornada escolar, y desarrollar la educación para el trabajo, la escuela técnica y el emprendimiento. También aumentar la inversión, pero sobre todo transparentar los gastos; asistir de forma diferenciada a estudiantes por regiones, y focalizar en los quintiles inferiores a aquellos con mayor atraso, lo que reducirá la brecha mejorando los promedios. En cuanto a los profesores, se debe reconvertir la fuerza docente, actualizar conocimientos, modernizar prácticas pedagógicas, mejorar sueldos, y atraer y motivar a los mejores.

 

Richard Franz, representante del Ministerio de Educación de Canadá, comentó que en Ontario para evitar la deserción escolar, los propios directores visitaban la casa de los alumnos a fin de garantizar su matrícula para el siguiente año. Y es que los presupuestos para cada colegio son proporcionales al número de estudiantes, incluyendo un estímulo para los directores. Jorge Izusqui (Innova School) consideró que la currícula es tan rígida que deja poco como para desarrollar competencias blandas, tales como liderazgo, trabajo en equipo, sensibilidad, etc. Además, criticó que en el Perú se aplique el mismo modelo para todos los colegios sin importar si estos son de la selva, sierra o costa, ni respetar las diversas nacionalidades o culturas en cada zona.

 

Finalmente, Jaime Saavedra, ministro de Educación, hizo un breve recuento de los logros en su gestión, tales como la política meritocrática docente; así, en el último concurso, por ejemplo, postularon 200 mil profesores, quedando finalistas 30 mil, luego de una evaluación rigurosa que incluyó una clase maestra; se eligió a 8 mil docentes, los que han ingresado a la carrera pública magisterial y recibieron un bono de ingreso de S/18 mil, con un sueldo promedio superior a los S/ 2 mil. “Queremos que sea difícil acceder, pero que se les recompense”, comentó. Otro incentivo es el bono escuela, que se entrega a los docentes cuyos estudiantes logran no los mejores resultados sino altos incrementos de un año a otro en las pruebas censales. Los directores también tienen un bono por conseguir metas de gestión.

En cuanto a su gestión, refirió que el presupuesto para educación subió de 3% del PBI hasta el 4%, lo que equivale a una inversión por estudiante de US$640 en el 2011 a US$1,100 en la actualidad; esto representa un incremento de cerca del 80%. Si bien este aumento es importante, añadió que debe continuar; solo para compararnos con nuestros socios de la Alianza Pacífico, la inversión anual por estudiante es del orden de los US$2,000.

 

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